Comer tres o más porciones de fruta y verdura al día alimenta la salud del planeta y también el optimismo. Una dieta más baja en carbono no sólo hacer ver la botella medio llena en cuestiones ambientales, como ya sabíamos, sino que igualmente nos llena de sensaciones positivas, según concluye un nuevo estudio.
La clave de esta nueva fuente de felicidad parece estar en los carotenoides o beta-carotenos, un pigmento que se encuentra en elevadas concentraciones en frutas y verduras. Y digo parece porque, en realidad, los científicos todavía ignoran la razón por la que una dieta alta en beta-carotenos hace que la gente sea menos pesimista.
¿Pero, y si las personas optimistas por naturaleza tuvieran hábitos de vida más saludables y por eso comieran verde? A la luz de los resultados obtenidos, los investigadores estiman que esta circunstancia podría explicar el hallazgo, pero sólo de forma parcial.
Combatir el estrés
Además de advertirse que las frutas y verduras mejoran el bienestar transmitiéndonos positividad, igualmente se cree que sus sustancias químicas conocidas como antioxidantes (como los carotenoides) son capaces de reducir los niveles de estrés. En ese sentido, el estudio reforzaría dicha hipótesis.
Llevado a cabo por la Escuela de Harvard de Salud Pública, el estudio analizó la sangre de distintos antioxidantes, entre ellos los carotenoides, en casi un millar de estadounidenses de ambos sexos, en una franja de edad de 25 a 74 años.
Al cruzar estos datos con el grado de optimismo se encontró que las personas que comían dos o menos porciones de frutas y verduras al día eran significativamente menos optimistas que quienes consumían tres o más porciones diarios.
Felices con 7 porciones al día
El año pasado, un estudio de la Universidad de Warwick encontró que las personas que comían siete porciones de frutas y verduras al día eran las más felices, si bien se desconocía la razón. Fueron elocuentes las palabras de Andrew Oswald, director de la curiosa investigación:
Creemos que estamos en algo muy importante aquí. Sin embargo, no se sabe muy bien por qué ocurre esto, si hay algo en la bioquímica de la fruta y verdura que trabaja dentro de los seres humanos. Lo que sí sabemos es que las frutas y verduras tienen una gran cantidad de antioxidantes que protegen nuestro cuerpo de ataques, pero desconocemos su papel en nuestras emociones.
Mundo vegetariano, futuro optimista
Sea como fuere, tanto si comer verde nos ayuda a verlo todo rosa como si el optimismo nos impulsa a comer mejor, lo cierto es que aumentar el consumo de fruta y verdura y disminuir el de productos cárnicos también lleva al optimismo ambiental.
Recordemos el estudio del Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI), en el que se concluye que la superpoblación mundial hará que la dieta vegetal se imponga al masivo consumo de carne a corto plazo.
Los autores del trabajo apuntan que adoptar una dieta vegetariana preservaría el agua necesaria para los cultivos, lo que supondría más seguridad alimentaria en un entorno mundial castigado por el cambio climático. No en vano, un tercio de las tierras cultivadas dedica sus cosechas al forraje. Por lo tanto, muy probablemente el futuro dietético más optimista sea verde, el color de la esperanza.