Y ahora te encuentras en esas. Y miras el domingo con cara de circunstancias o de por qué no pensaré más antes de hablar… antes de hablar en esos momentos, breves, en que te encuentras con amigos o familiares que hace tiempo que no ves y piensas que una comida con ellos te apetece mucho. Tanto que hasta les invitas a tu casa.
Y ahí está, el brunch del domingo en tu casa. Con sobremesa…
… y de repente te imaginas delante del fuego, intentando salvar los huevos benedict al tiempo que ligas la masa de las pancakes, acabando de montar la tarta con el frosting. Y tus amigos, mientras, arreglando el mundo en el jardín…
Céntrate. Respira y no pierdas de vista el corazón. Recuerda las ganas que tienes de verlos, las risas a carcajadas, los niños jugando y lo mucho que os queréis. Visualiza los bailes, las historias y piensa en lo realmente importante.
Sí, sonríe, que nosotros hemos pensado unas #recomendacionesCynaraparaserfelizenelintento.
- Menú. Antes que nada, tus invitados son tus amigos. ¡O tu familia! Piensa el menú, busca las recetas, haz una lista y véte a la compra. Pero, por favor, no te juegas tu estrella Michelín… Lo que realmente quieren tus invitados es disfrutar del día contigo, de tu compañía… les da igual cordero al horno que pan con tomate, hazme caso. Piensa un menú que domines y que disfrutes haciendo. Que un niño de tres años coma tartar de atún es muy cool pero… ¿tú crees? Los macarrones son sencillos y ellos te lo van a agradecer millones.
- Dicho esto, ¿un brunch? ¿Seguro? Aunque esté muy de moda y sea lo último en sociabilité instagramera. Si organizar una comida ya es complicado, no es necesario hacerla cada vez más pronto y con recetas poco comunes. Aunque la comida se vea superapetecible en las redes sociales cada domingo a eso de la 13h…
- Decoración. Si eres de los patosos que van rompiendo el arsenal de copas de la familia, tranquilo… no pongas vasos de plástico, pero tampoco hace falta sacar la cristalería de la boda.
Una vajilla limpia, un mantel bonito y unas flores son suficientes para un ambiente agradable. Y una lista de música a gusto de todos pondrá la guinda (¡gracias Spotify!!!!).
Para evitar nervios, revisa el día anterior que no te falta nada… aunque qué alegría poder decir eso de ¡Faltan sillas!!!! a grito pelado cuando cada vez sois más a comer.
- Perdona pero lavavajillas tienes, ¿verdad???
- ¿Sabes qué? Invita, una y mil veces. Recuerda que lo más importante es disfrutar de la vida. Juntos. Saber aprovechar cada momento y tener la capacidad para vivirlos, de verdad, desde las tripas. Y desde el corazón.
Invita a tus amigos a tu cocina. Abramos un frasco de alcachofas y pongámonos a bailar. Porque las cocinas están hechas para bailar.
Y, para hacértelo más fácil, puedes consultar nuestras recetas Cynara en la web. Y ¡a disfrutar!